Como empresario, probablemente has sentido el dolor de ver cómo el presupuesto de tecnología crece sin que los resultados mejoren al mismo ritmo.
En muchas organizaciones, los costos de TI se vuelven un “agujero negro” donde se invierte sin retorno visible.
Tras más de 25 años asesorando empresas en América Latina y el Caribe, Benhail Acosta, un reconocido consultor de tecnología en República Dominicana, ha identificado los errores más comunes que llevan al fracaso de proyectos tecnológicos… y las estrategias que los líderes inteligentes usan para evitarlos.
Objetivos sin pesos: el caso de negocio fantasma
Muchos proyectos tecnológicos se aprueban por inspiración, no por ingresos.
Frases como “modernizar operaciones” o “digitalizar procesos” suenan estratégicas, pero carecen del componente esencial: el retorno de inversión (ROI).
Antes de escribir una sola línea de código, todo proyecto debe responder con claridad:
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¿Cuántos minutos o pesos ahorrará la automatización?
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¿Qué línea de ingresos crecerá con la nueva plataforma?
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¿Qué riesgos o multas desaparecerán si se mejora la trazabilidad de datos?
Un consultor tecnológico para negocios obliga a vincular cada funcionalidad con flujo de caja o reducción de riesgo medible.
Crea un “impact canvas” de una página, valida los números con finanzas y úsalo en cada revisión del proyecto.
👉 Sin impacto financiero, no hay implementación.
Según el Informe de Gartner sobre Optimización de Costos de TI, las empresas que aplican estrategias de simplificación tecnológica —como racionalizar su portafolio de aplicaciones y gestionar de forma eficiente las licencias— pueden reducir hasta un 30% su gasto en software al aplicar buenas prácticas de licenciamiento y gestión de activos digitales.
Fuente: Gartner
Roadmaps estáticos en un mundo dinámico
El mercado cambia cada trimestre: proveedores actualizan APIs, reguladores modifican políticas de privacidad y surgen competidores más ágiles.
Aun así, muchas empresas siguen trabajando con planes rígidos (Gantt, presupuestos cerrados y cronogramas inamovibles).
Un plan fijo en tecnología envejece tan rápido como la innovación misma.
La solución es un roadmap evolutivo, que combine planificación y flexibilidad:
Revisar el roadmap cada seis semanas según los resultados del sprint.
Definir criterios de kill-switch (pausa de inversión si el ROI cae).
Ajustar los presupuestos entre CAPEX y OPEX conforme aparecen pruebas reales.
Un asesor estratégico de TI para ejecutivos mantiene este ritmo disciplinado: la hoja de ruta evoluciona con la realidad del negocio, no con la nostalgia del plan inicial.
La deuda de cultura: la plataforma invisible
No siempre el problema es el código; a menudo, lo es la resistencia al cambio.
Empleados que temen perder relevancia, mandos medios que defienden viejos procesos, o proveedores que temen facturar menos: todos pueden sabotear una iniciativa digital sin decir una palabra.
El éxito tecnológico requiere liderazgo y comunicación, no solo software.
Las mejores prácticas incluyen:
Demos abiertos donde los usuarios prueben y opinen.
Sesiones tipo AMA (Ask Me Anything) para explicar el “por qué” del cambio.
Escuadras piloto que ganen reconocimiento por adoptar antes.
Un mentor CIO experimentado dedica hasta un 40% del tiempo del proyecto a gestión del cambio, porque la cultura —no Kubernetes— determina la fecha real del “go-live”.
Brechas de talento y gobernanza: cuando nadie asume las malas noticias
En muchas empresas dominicanas, los proyectos recaen en equipos pequeños de generalistas que hacen de todo.
Eso funciona para iniciar, pero es peligroso al escalar.
Sin una estructura clara de gobernanza:
Las pruebas se reducen.
La documentación se atrasa.
El conocimiento se pierde cuando alguien se va.
La solución es establecer roles y responsabilidades claras (RACI) y fortalecer los procesos.
Un consultor en transformación digital puede ayudarte a:
Estandarizar pipelines de CI/CD, respaldos y procedimientos de rollback.
Crear manuales y guías operativas.
Transferir conocimiento a líderes internos para que el aprendizaje permanezca.
Piensa en ello como fortalecer la memoria muscular de tu organización:un seguro barato contra rotación inesperada o auditorías sorpresa.
El plan de rescate de 5 pasos
Después de más de 100 auditorías tecnológicas, Benhail Acosta resume su experiencia en un marco práctico de cinco pasos que puede reactivar incluso proyectos estancados:
Cuantifica el dolor antes de planear: mide horas perdidas, errores, ventas afectadas.
Reduce el alcance a una victoria visible: entrega un logro medible en 60 días.
Automatiza con propósito: usa low-code donde haya alto costo humano.
Vincula presupuesto a resultados: libera fondos solo si los KPIs se mueven.
Transfiere conocimiento y cierra: el consultor debe dejar capacidad interna, no dependencia.
Equipos que aplican este enfoque —combinando dirección estratégica de TI, prácticas ágiles y objetivos medibles de transformación digital— reducen más del 50% la probabilidad de fallo según la experiencia reciente de Benhail en sectores de banca, retail y logística.
Conclusión: la prevención es más rentable que el rescate
El fracaso en TI no es destino; es la suma de pequeños puntos ciegos.
Cuando defines un caso de negocio sólido, mantienes tu roadmap vivo, involucras a tu gente y refuerzas la gobernanza, la tecnología deja de ser un gasto y se convierte en ventaja competitiva.
Y si prefieres acelerar el proceso sin repetir errores costosos, hazlo acompañado de un asesor tecnológico para ejecutivosque ya ha vivido —y superado— esas lecciones.